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★Las mil y una Noches Azules★

Tiempo después de que ocurriera un incidente en que el mismisimo Satanás intentó unir Assiah, el mundo de los humanos, y Gehenna, el mundo de los demonios, el cual fue impedido por dos grandes y legendarios exorcistas con ayuda de sus amigos, todo quedó en paz por mucho tiempo. La reconocida Academia Cruz Verdadera de exorcistas continuó sus clases con total normalidad como acostumbraba y sus actividades diarias. Sin embargo, en el mundo de los demonios no todo había quedado exactamente bien en el transcurso del tiempo, puesto que para ellos los humanos eran considerados una raza totalmente inferior y dicha victoria no sería aceptada. Fue por ello que un grupo de ocultistas, sin el consentimiento de Satanás, empezaron a movilizarse para conocer cuáles eran las posibilidades para realizar un ataque, claro; Satanás aún no sabía acerca de esto ya que los menores actuaban con total sigilo ante el hecho. Sin más, en la orden de los altos demonios se encontraba uno, con gran renombre en Gehenna, reconocido por sus actos y por haber osado desafiar a Satanás.

Dicha potestad al hacer contacto con aquel selecto grupo les contó la historia sobre unos antiguos sellos situados en Assiah con el fin de impedir que Gehenna abra sus puertas al otro mundo. Aquellos mantienen cerrados los portales que bloquean la influencia y fuerza de Gehenna hacia Assiah. Estos, al ser abiertos, darian mayor fuerza a los demonios, y así mismo podrían utilizarlos como portales para entrar y salir de un plano a otro. Mas aquella historia no termina allí. Dicho demonio anunció que si los cinco sellos eran rotos, el principal portal dimensional que divide ambos planos, "Gehenna Gate" quedaría abierto, dejando una brecha que le haría extremadamente difícil de cerrar a la posteridad, y el cual permitiría movilizarse a Satanás como él quiera sin preparativo alguno. Claramente, aquel grupo se colocó eufórico ante tal noticia, sin embargo el demonio legendario se rió abiertamente ante ellos, dando a entender que no lograrían hacer tal tarea. Los demonios pequeños ignoraron ese acto y se encargaron con el tiempo de propagar la información en Gehenna. La gran mayoría, por no decir todos, reaccionaron demasiado bien ante esto y lo primero que decidieron fue empezar a movilizarse en este operativo que debería llevar planificación. El Vaticano al poseer demonios dentro de su círculo cerrado, llegó de primera mano la noticia. Algunos antiguos recordaban haber escuchado sobre algunos sellos hechos por miembros respetados del Vaticano, en la antigüedad. Sin embargo, la localización de los sellos era desconocida.

Al principio, y dadas las circunstancias, el Vaticano había propuesto enviar a todos sus exorcistas, desde los menores rangos hasta los más respetados paladines a proteger dichos sellos. Sin embargo, el consejo deliberante propuso que sería mejor mantener las clases de la institución normalmente, emitiendo las palabras de “los exorcistas menores de hoy, son los exorcistas mayores de mañana”. Dicha decisión fue comunicada a los profesores y exorcistas de rango mayor, estos se verían en la obligación de que en caso de algún ataque escogerian adecuadamente su pequeño grupo de exorcistas para llevarlos al enfrentamiento. Lamentablemente, el Vaticano era conciente de que los profesores no siempre podrían contar con un grupo cubriendo muchos lugares a la vez. Fue por ello que los exorcistas estudiantes en algunas ocasiones deberían actuar por cuenta propia, escogiendo un líder y dirigiendose al lugar de combate, batallando hasta la muerte.

Ante la urgencia que la situación amerita, las autoridades deberán intentar que las clases sigan normalmente y que sus profesores ayuden al máximo cumpliendo su tarea como docentes, y desempeñandose enteramente como exorcistas en caso de un ataque o noticia de movimientos masivos o anormales de demonios u ocultistas. No tardó demasiado en descubrirse que dichos sellos eran realmente puertas, las cuales se ubicaban en lugares sagrados que, incluso para el Vaticano, eran desconocidas. Sólo una información remota había sobre ubicaciones, y se encontraban en antiguos pergaminos que poseía la biblioteca de la rama Japonesa. Incluso si eso sonara poco, las ubicaciones eran dadas en forma de acertijos. Sería tarea de los exorcistas averiguar las ubicaciones de aquellas puertas que mantenían a Assiah a salvo, antes de que los ocultistas terminaran sus planes.

¿Serán los exorcistas lo suficientemente buenos como para hacer frente a los ocultistas y a la misma vez defender las puertas?
O… ¿Los ocultistas lograran abrir el portal que indicaría prácticamente la destrucción de Assiah?